Te vi del tamaño de mi uña
como una mosca en la pantalla de mi ordenador
como un foco muerto en la pantalla solar
pero muy bien sabés vos
que ese día a mis ojos no les interesaba ver
que no fui por las cámaras, que fui por ver
solo a tu guitarra y voz.
Qué lástima, que no puedas verme vos
cada vez que presiono el botón
y te dejo vivir en la cuarta dimensión
digitalizado en los parlantes.
Que sepas que no soy solo hoy
que uno mi voz con la tuya
que miro con ganas a ella
aunque no dejará de ser tuya.
Qué lástima, que no puedas verme vos
ahí atrás de todo, en el hormiguero
donde una ciudad se une para amar
a la mujer más hermosa,
con la que te acuestas,
sobre seis cuerdas vibrantes,
mientras todos bailan y lloran,
mientras cruzan miradas,
anhelando cruzar la tuya,
hasta que las luces se apaguen,
y todos volvamos a casa
con el gusto del beso que no nos dio
la mujer más hermosa,
con la que soñaremos hoy.