b r a i n s t o r m s

a h o r a l e d i c e n p r o s a

viernes, 29 de enero de 2010

If the sun refused to shine, I would be still loving you*

- ¿No te parece extremadamente gracioso? -me dijo sin apartar su mirada del cielo.
No pude despegarme de la calma que me invadía y solo pude darle una mirada para que continúe.
- Este cielo. Con incontables estrellas, no porque sean tantas sino porque contarlas es algo naturalmente imposible. No puedes hacerlo, no puedes ver todas, siempre hay una que por su luz escasa nunca ves. Siempre te pierdes contándolas. ¿Pero no es ridículo? verlas allí, tener la ilusión de que se mueven, ver una de las cosas mas pequeñas que puedas ver, pero que si la tuvieras frente tuyo tus ojos no alcanzarían para ver su tamaño. Ver lo más lejano que en tu vida puedas ver. Ahí, pequeñísimas, enormes nubes de gas, luces de navidad, insignificantes, tan insignificantes.
Como tú y yo -pensé.
- Como tú y yo -me sonrió- Como tú para mí. ¿Qué eres al fin y al cabo? Ni la primer ni última mujer que veré. Ni los ojos más hermosos, ni el cuerpo más ardiente. Ni la primer mujer que amo, no se si la última. ¿Qué es lo que tienes tú? ¿Qué me das? ¿Qué es lo que me dan estas estrellas? O acaso no eres tú como ellas, hermosas de lejos. De cerca, infinitamente bella. Y no eres mía. ¿No somos ridículos?
No noté que mis ojos ahora estaban llenos de lágrimas. Lloré en silencio viéndolo allí recostado, mirando las estrellas, tan pequeño, tan frágil, tan lejano, tan insignificante, tan gigante.



*Thank you - Led Zeppelin