Enfiebrados fibrones explotan en paredes que limitan las espaldas de quien mira con las manos.
Entornadas bicicletas atormentan nuestras radios bañadas en saliba entremezclada con Japón.
Mientras vos, oso polar de las bahamas, te alimentás de bananas que se alimentan de insectos que se alimentan de dios y dios sos vos.
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