b r a i n s t o r m s

a h o r a l e d i c e n p r o s a

viernes, 29 de enero de 2010

If the sun refused to shine, I would be still loving you*

- ¿No te parece extremadamente gracioso? -me dijo sin apartar su mirada del cielo.
No pude despegarme de la calma que me invadía y solo pude darle una mirada para que continúe.
- Este cielo. Con incontables estrellas, no porque sean tantas sino porque contarlas es algo naturalmente imposible. No puedes hacerlo, no puedes ver todas, siempre hay una que por su luz escasa nunca ves. Siempre te pierdes contándolas. ¿Pero no es ridículo? verlas allí, tener la ilusión de que se mueven, ver una de las cosas mas pequeñas que puedas ver, pero que si la tuvieras frente tuyo tus ojos no alcanzarían para ver su tamaño. Ver lo más lejano que en tu vida puedas ver. Ahí, pequeñísimas, enormes nubes de gas, luces de navidad, insignificantes, tan insignificantes.
Como tú y yo -pensé.
- Como tú y yo -me sonrió- Como tú para mí. ¿Qué eres al fin y al cabo? Ni la primer ni última mujer que veré. Ni los ojos más hermosos, ni el cuerpo más ardiente. Ni la primer mujer que amo, no se si la última. ¿Qué es lo que tienes tú? ¿Qué me das? ¿Qué es lo que me dan estas estrellas? O acaso no eres tú como ellas, hermosas de lejos. De cerca, infinitamente bella. Y no eres mía. ¿No somos ridículos?
No noté que mis ojos ahora estaban llenos de lágrimas. Lloré en silencio viéndolo allí recostado, mirando las estrellas, tan pequeño, tan frágil, tan lejano, tan insignificante, tan gigante.



*Thank you - Led Zeppelin

jueves, 28 de enero de 2010

Negro

Un susurro en el fondo de las calles empedradas indica que todavía hay vida en esta ciudad.
Las colinas parecieran darle el movimiento que tanto escasea. Desde donde no se ve se escucha un
paso lento, pateando hojas, sin apuro, sin noción del tiempo. Va agrandándose y acercándose hacia mí una sombra tambaleante. El cuerpo más oscuro y opaco que he de ver, solo el fuego de su cigarro brilla. Y a su paso los árboles se arquean como las espaldas de un pobre viejo artrósico, las hojas se secan, y las luces parpadean. Cada vez está más cerca y mi corazón comienza a acelerarse. Esta más cerca y ahora mis manos tiemblan. Decido alejarme, pero mis pies no responden y me petrifico frente a él. Sobre su cara se ve una mueca que parece decir más de la vida que cualquier libro que puedas encontrar. Está a diez pasos de distancia y decide caminarlos lo más lento posible. Mientras yo trato de despertar mis piernas y correr de ahí, el tiempo desacelera. Y a dos pasos lentamente levanta su cabeza y me mira a los ojos. Un fuego comenzó a trepar sobre mis piernas y miles de dentaduras comían mi espalda. Sus ojos eran opacos, yo no estaba en su reflejo.

miércoles, 27 de enero de 2010

Paseo inmortal

Caminaremos a orillas del río más marrón y estancado que puedas conocer, mientras las pocas almas fantasmas que quedan a estas horas en esta inmensa ciudad nos miran como a los monos de un circo, de este circo de luces, ascensores, avenidas, oficinas, y un cielo gris que sólo cambia para convertirse en negro por las noches. Noches como ésta, más negra que los ojos del diablo que trajo este vino a nuestras manos. Y entre palabras que sólo salen a ciertas horas y con ciertos venenos, entre cantos y pasos bailarines, entre miradas mplices, empezaremos a ver cómo lentamente se despierta la ciudad, que dormida es un ángel silencioso, con suspiros de colectivos, hasta que los primeros rayos encandilan sus ojos de vidrio y metal. Y es entonces ahí cuando su ejército de hormigas se levanta maldiciendo su rutina y descubre en el espejo un hombre envejecido por el humo. Y luego subirán a sus coches, sus taxis, sus colectivos sin saber que aunque hagan siempre el mismo recorrido, es el camino que los va a alejando de su vida. Entonces nos sentaremos en una plaza, viendo el desfile de trajes muertos y sonreiremos al ver que nuestra piel no es de vestir y que no tenemos una horca elegante rodeando nuestro cuello.

lunes, 25 de enero de 2010

Amor miope

No puedo verte lejos
No puedo dejarte caminar
y ver tu espalda, alejándose de mi.
No puedo.
No puedo quedarme acá
mientras tu silla se enfría
y poner cara de poker si regresas.
No puedo ser sincera
cuando tus ojos me miran.
No puedo mirar tus ojos
desnudando el alma en mis pupilas.
No puedo ser falaz
ya no puedo mentir más.
No puedo verla a ella.
No puedo verte lejos.
No puedo verte sin mi.
No puedo verte con ella.

viernes, 22 de enero de 2010

qué se yo... yo cada vez me siento más pequeña

lunes, 18 de enero de 2010

qué linda que es la música

Te vi del tamaño de mi uña
como una mosca en la pantalla de mi ordenador
como un foco muerto en la pantalla solar
pero muy bien sabés vos
que ese día a mis ojos no les interesaba ver
que no fui por las cámaras, que fui por ver
solo a tu guitarra y voz.
Qué lástima, que no puedas verme vos
cada vez que presiono el botón
y te dejo vivir en la cuarta dimensión
digitalizado en los parlantes.
Que sepas que no soy solo hoy
que uno mi voz con la tuya
que miro con ganas a ella
aunque no dejará de ser tuya.
Qué lástima, que no puedas verme vos
ahí atrás de todo, en el hormiguero
donde una ciudad se une para amar
a la mujer más hermosa,
con la que te acuestas,
sobre seis cuerdas vibrantes,
mientras todos bailan y lloran,
mientras cruzan miradas,
anhelando cruzar la tuya,
hasta que las luces se apaguen,
y todos volvamos a casa
con el gusto del beso que no nos dio
la mujer más hermosa,
con la que soñaremos hoy.

jueves, 7 de enero de 2010

Hey! You've got to hide your love away*

...y mira por última vez mi foto, porque aunque no lo creas los años pasarán y con ellos vendrá la niebla de la memoria que distorsiona cada vez más los recuerdos, hasta que llegará un momento en el que te preguntarás si fui real, si acaso no fue un sueño que tuviste con una muchacha a la que no le gustaban los Beatles.


*You've got to hide your love away - The Beatles

sábado, 2 de enero de 2010

No estoy herida
es solo que mi piel se ha agrietado
y hoy absorbe la melancolía de tu música
y arde
como cuando curas una herida con alcohol
pero siempre me quedo oyéndote
hundiéndome
creo que en el fondo todos amamos el dolor